| ¡Buenos días!
Como cada lunes, el día se despierta, y nos miramos al espejo, viendo nuestro interior a través de los ojos.
¿Qué es lo que ves tú?
Tal vez veas paz, tal vez alegría, quizás tristeza, cansancio, o simplemente sueño.
Yo ayer por la noche me miré al espejo, y vi casi un universo entero en mis ojos. Y sonreí.
Vi todo por lo que había pasado en mi vida para llegar al día presente, vi alegrías y tristezas, vi placeres y sufrimiento, vi todo lo que soy. Y también vi paz.
Poco a poco, la vida nos transforma, y nos lleva a conocer cada parte de nuestro Ser, hasta que empezamos a recordar quiénes somos realmente.
Una parte que recientemente he descubierto muy importante en mi vida, es la capacidad de reconocer y admirar las dos polaridades que cada ser humano lleva implícitas dentro.
Porque tanto si eres hombre como si eres mujer, llevas dentro de ti también a un hombre y a una mujer.
El hombre que llevamos dentro tiene muchas cualidades positivas y negativas, desde nuestro punto de vista: Es fuerte, activo, analítico, pone en marcha las cosas, separa, divide, se defiende, pelea, se afirma, protege, rompe, destruye, ama.
La mujer que llevamos dentro, también tiene muchas cualidades positivas y negativas: Es pacífica, creativa, paciente, sostiene, abraza, llora, siente, se abre, recibe, une, grita, se adapta, oscila, tiembla, ama.
Pese a que todo lo que he dicho puede ser variable en cada persona, y no existen las polaridades claras, lo que sí podemos ver es que todos llevamos partes de los dos dentro de nosotros.
Hace poco tiempo empecé a darme cuenta que necesitaba integrar más profundamente tanto al hombre que hay en mí, como a la mujer que hay en mí.
Pues los dos son necesarios, necesitan los dos su espacio, su momento, su acción, su inacción, su abrazo, su amor.
El hombre que hay en mí busca ser expresado, busca defender su espacio, crear lo que ha venido a crear, materializandolo en el mundo.
La mujer que hay en mí necesita ser comprendida, escuchada, abrazada, tratada con amor, con afecto, con compasión.
Y cuanto más soy capaz de sentir las dos polaridades en mi interior, más puedo ver que soy un ser completo, que dentro de mí hay un universo por explorar y descubrir, y que fuera de mí lo que veo es un hermoso espejo.
Si eres mujer, busca dentro de ti al hombre que necesitas, deja que te dé su protección y su calor, su fuerza y su abrazo, su claridad y su pasión.
Y si eres hombre, busca dentro de ti a la mujer que necesitas, y deja que te muestre cómo escuchar, cómo sentir, y déjate sentir su afecto, su cariño, su compasión y su amor.
Deja que tu hombre y tu mujer te guíen hacia tu armonía interior. Permíte que cada parte de tu Ser se exprese, y encontrarás una paz como nunca antes habías imaginado.
Porque cuando el hombre que hay en ti se funde con la mujer que hay en ti, encuentras en tu corazón el Amor más profundo del universo.
Te deseo una semana maravillosa, llena de Amor, Plenitud y Sabiduría.
Un afectuoso saludo,
Manuel
P.D.: Puedes leer las entradas anteriores y escribir comentarios también en mi blog. Un abrazo fuerte. |
2 comentarios:
Preciosa reflexión Manuel. Gracias por tu generosidad y tu sensibilidad.
Negar esa polaridad nos lleva a incoherencia, mejor observarla, aceptarla y vivirla...
Gracias Manuel, lo dices tan suave pero tan claro...
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