| ¡Buenos días!
Un nuevo lunes comienza, y con el Sol en lo alto, y el viento soplando, nos recuerda que llegan aires de cambio.
Un cambio por muchos esperado, por muchos soñado, por algunos intuído, por otros ignorado.
Pero la apertura del corazón es inevitable.
La Tierra es un planeta vivo, y en su vivir, avanza hacia su mayor vibración espiritual. Y todo lo que en ella habita, se ve empujado a elevar su vibración, para poder convivir en armonía.
No sé si has notado en tu vida un aumento de las situaciones que te obligan a elegir entre rechazar más tu realidad, o abrazarla plenamente.
En mi caso, y en el de muchas personas a mi alrededor, así es, y están siendo unos años llenos de experiencias fuertes en ese sentido.
Ya no valen las medias tintas: o amas, o no amas, o te quieres, o no te quieres, pero cuando permaneces en el sutil término medio, lo que aparece es el sufrimiento.
Yo he elegido amar, y no es un camino fácil.
Amar es un camino lleno de obstáculos, en los que cada persona se testea a sí misma en cada emoción, en cada palabra, en cada sentimiento.
En este camino vienen pruebas, que nos recuerdan que aún no hemos liberado todo el dolor que hay dentro de nosotros.
Y si seguimos hacia delante, a pesar de todo el dolor y todos los obstáculos, es porque confiamos.
Confiamos en que las cosas pueden resolverse, los sueños alcanzarse, los deseos cumplirse.
Y cuando preguntamos fuera de nosotros si se puede confiar, si hay alguna respuesta, nos viene, si afinamos el oído: "confía".
Constantemente atraemos estímulos, impulsos, o como dicen en el libro "La Ley del Uno", "catalizadores de experiencia", para poder decidir si vamos a elegir el amor en una u otra forma.
Y esa es la magia de la vida.
Como estamos inmersos en el velo del olvido de tercera densidad (la densidad de la autoconciencia), no podemos sentirnos conectados con los demás fácilmente, ni ver que todos y cada uno de nosotros, y de los otros, somos Uno, y el mismo.
Pero la maravilla es que ese artificio de separación nos permite ver en algunas otras personas a alguien realmente especial.
Alguien que nos importa, que nos referencia, que nos enseña, que nos hace crecer, y que despierta en nosotros el amor más grande.
En el momento en que abrimos nuestro corazón al Amor de verdad, somos capaces de ver, aunque sea en una sóla persona, el rostro de Dios, conociéndose a sí mismo.
Las personas van y vienen, a veces puedes amar a una, a veces a muchas, pero lo que siempre permanece es tu Amor, el Amor que has conseguido crear dentro de ti.
Y como parte de todo lo que es, te doy las gracias por tu Amor.
Que tu camino te lleve a reconocer y honrar esa energía dentro de ti, para que siempre puedas maravillarte de tu creación.
Te deseo una semana maravillosa, llena de Amor, Plenitud y Sabiduría.
Un afectuoso saludo,
Manuel
P.D.: Puedes leer las entradas anteriores y escribir comentarios también en mi blog. Un abrazo fuerte. |
