| ¡Buenos días!
Parece que poco a poco, después de unos días de descanso, las cosas vuelven a la normalidad, tras la festividad de semana santa.
Tal vez te preguntes qué sucedió la semana pasada, en la que no envié ningún mail el lunes, como vengo haciendo desde hace ya algún tiempo.
Podría decir que la causa principal fue mi decisión de cambiar de sistema operativo en el ordenador, que hizo que mi programa de gestión de correo dejara de funcionar, pero seguro que imaginas que, como suelo decir, es posible que sucediera por algo más.
De algún modo me permitió observar lo que sucedía si no hacía lo que estaba previsto, y aunque algunas personas me preguntaron por "el correo de los lunes", pude comprobar que no fue tan grave el no poder enviarlo, aunque también es posible que pensaras que me había ido de vacaciones.
Es posible que estos mensajes te sean útiles, o tal vez no, pero por ahora me gusta escribir, y compartir contigo lo que soy, por si te es de utilidad, así que seguiré haciéndolo.
Lo bueno es que he tenido tiempo de reflexionar, y he decidido que quiero aportarte algo de forma más activa, según lo que voy sintiendo en este momento, aparte de mis reflexiones expontáneas de los lunes.
En la misma línea del ofrecimiento que hice recientemente para ofrecer mis servicios de interpretación de dolencias via mail (del que obtuve algunas peticiones personales), voy a comenzar a ofrecer este servicio a través de un programa semanal online que organizaré en una plataforma virtual, a la que te podrás conectar para hacer tus consultas, y de las que se podrán beneficiar más personas que deseen conectarse.
Por supuesto, será totalmente gratuito, y enviaré toda la información en breve, pero me encantaría saber si a ti personalmente te podría interesar conectarte alguna vez para preguntar tus dudas sobre tus dolencias, de forma anónima si así lo deseas, para hacerme una idea de la respuesta del público ante la iniciativa. Te lo agradezco de corazón.
Por hoy te dejo con una pequeña oración, similar a la que utilizo casi cada día mientras me ducho, con el agua caliente resbalando por mi piel, para apreciar más mi cuerpo:
"Gracias, hermoso cuerpo, por llevarme cada día y permitirme desplazarme, actuar y realizar mi propósito. Gracias, piel, por permitirme sentir el calor, el tacto, las sensaciones (mientras acaricio todo mi cuerpo).
Gracias, ojos, por permitirme ver el mundo con claridad, gracias, orejas, por permitirme escuchar a los demás, y las verdades de mi corazón (mientras las toco). Gracias a mi boca, a mi garganta, por ayudarme a expresarme, a tomar decisiones y a llegar a los demás.
Gracias, células de mi cuerpo, órganos, huesos, por sostenerme y sostener la vida en mi interior. Gracias, precioso cuerpo, por darme tantos mensajes cada día, que me ayudan a escuchar el propósito de mi Ser.
Gracias por enseñarme a comprender mis emociones, por permitirme sentir placer, y por enseñarme mediante el dolor cuándo no estoy siendo coherente con mi verdad.
Dejo que el agua acaricie mi piel, y que me limpie y me abrace con su calor, y me lleno de amor de la cabeza a los pies.
Doy las gracias a cada parte de mi cuerpo, a cada extremidad, a cada cabello, a cada parte de mi rostro, de mi torso, a mis rodillas, a mis pies, y les envío todo mi amor, sólo pensando y sintiendo el amor, y proyectándolo con mi intención hacia mi cuerpo. Gracias."
Llevo haciendo este proceso o variaciones del mismo ya varios años, y aunque el proceso es lento, siento que cada vez amo más a mi cuerpo, y a mi Ser a través de él. Espero que te pueda servir para querer más ese maravilloso instrumento que tienes para ayudarte a manifestar tus dones en este planeta.
Espero que la conexión con tu cuerpo te lleve a amar cada una de tus experiencias en la materia.
Te deseo una semana maravillosa, llena de amor, significado y propósito.
Si me quieres enviar tu opinión sobre la iniciativa online, te lo agradezco de verdad.
Un afectuoso saludo,
Manuel
P.D.: Puedes leer las entradas anteriores y escribir comentarios en mi blog. Un abrazo. |
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