| ¡Buenos días!
Una semana más comienza, después de este primer domingo de mayo, en el que podemos recordar una festividad especial, como es el día de la madre.
Cada persona lo vive diferente, y normalmente depende de nuestra relación con la madre. Si existe o no, si es buena o mala, a quién consideramos la madre, si nos comunicamos con ella con la palabra o con el corazón, todo influye.
Y es que la madre nos trae al mundo, y de alguna forma la madre representa la vida, la tierra, aquello que nos sustenta, que nos alimenta.
A veces sanar la relación con nuestra madre nos reconcilia con la vida, porque a veces rechazamos a la madre porque no aceptamos que vivimos en la Tierra, que hemos venido a vivir una experiencia terrenal, con todos los aspectos de la dualidad que la vida representa.
Una de las enfermedades más comunes relacionadas con el rechazo a la vida y a la madre es la anorexia.
En muchos casos está fuertemente relacionada con no aceptar nuestro lado más terrenal, nuestros deseos, nuestras necesidades físicas, nuestras pasiones, lo más animal y físico que poseemos.
Y eso sucede porque somos seres espirituales, y a veces venir a vivir una experiencia terrenal es muy duro, y cuesta adaptarse.
Rechazamos la vida porque sabemos que hay mucho más de lo que perciben nuestros cinco sentidos, y nuestra mente nos lleva a mundos lejanos, etéreos, donde recordamos que existe otra luz, pero hemos olvidado que vinimos aquí por un motivo.
Elegimos venir libremente a esta vida para experimentar, y descubrir quienes somos, y para elegir quién decidimos ser.
Y nuestra madre, o la figura que la representa, está ahí para recordarnos que aprendamos a amar la vida, que aprendamos a amar la existencia en este lugar, que elegimos hace ya tiempo con libertad.
Personalmente, yo he tenido en los últimos años varios roces con mi madre, después de una infancia con mucho amor, y creo que ha sido una gran oportunidad para reconciliarme con la vida.
Eso me ha permitido sacar a la luz dolores olvidados, y sanar el pasado, para poder ahora cada día más amar desde la comprensión, y ahora puedo decir que tengo una relación mucho más sana y real con mi madre.
Espero que no olvides nunca que has venido por una buena razón, y que la encuentres. Y ojalá puedas encontrar siempre que lo olvides tu amor por la vida, y el amor por la madre que representa la vida, porque eso te reconectará con tu potencia creadora.
Y no olvides que eres muy importante, porque la vida te necesita para saber de sí misma, y porque cuando la vida se ve a través de tus ojos, tú te conviertes en la vida.
Te deseo una semana maravillosa, llena de amor, sabiduría y plenitud.
Un afectuoso saludo,
Manuel
P.D.: Puedes leer las entradas anteriores y escribir comentarios en mi blog. Un abrazo. |
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