| ¡Buenas noches!
Hemos comenzado una nueva semana con un día soleado en Madrid, en fuerte contraste con el reciente frío, y el mismo frío de la mañana. Parece que nos invita a florecer, a salir de la cueva, a airear el interior.
Y es que la vida parece que se despliega en ciclos, como ondas, como espirales, haciéndonos experimentar distintas perspectivas y sensaciones, para poder sentirla plenamente, para poder saber quiénes somos, y quién queremos ser.
Este fin de semana he podido comprobar que hay momentos en la vida en los que una persona puede estar preparada para recibir algunos mensajes importantes para ella, aunque a veces puedan ser difíciles de escuchar.
Ha sido durante un maravilloso curso de Cábala que he comenzado este fin de semana en el Centro Atlantis, donde he podido conocer seres realmente especiales, y comprobar cómo se va desplegando la sabiduría de la vida ante nosotros, cuando decidimos hacernos nuevas preguntas, y nos abrimos a recibir lo que nos llega en ese momento de conexión.
Pero los mensajes llegan siempre, llegan cada día, en la voz de un amigo, en un libro, en un pensamiento inspirado, o en una voz que escuchamos de algún lugar del que no siempre sabemos el origen, pero que sentimos como claro para nosotros.
Y en ocasiones esos mensajes nos remueven, sacan recuerdos olvidados, y ponen en marcha mecanismos internos para regenerarnos por dentro, para encontrar nuestra verdad.
En estos últimos días, he podido conectar con una parte de mí profunda, que me ha hecho liberar dolores olvidados, y aunque a veces el proceso es duro, la liberación que se siente al final me hace recordar que todo trabajo interior merece la pena, y que poco a poco se van colocando las piezas para construir la mejor versión de aquello que deseamos Ser.
Es posible que de vez en cuando te enfrentes a situaciones difíciles, que ponen a prueba tus recursos, y que te hacen dudar del camino, pero puede que sientas que es algo que en el fondo de tu ser has elegido para crecer, y para aprender una parte de tu camino hacia el amor.
Por eso te invito a confiar, a saber que siempre hay respuestas para un alma ávida de saber, y que poco a poco el miedo se va disipando, cuando te das cuenta de que nunca has estado solo, y que mires donde mires, sólo hay amor a tu alrededor.
Quizás el amor se aprende cuando dejamos que los ritmos palpitantes de la vida fluyan a través de nosotros como emociones y sentimientos.
Tal vez el secreto de una vida de plenitud se encuentre en aprender a liberar las emociones, para reconocer el latir del corazón de la vida.
Te deseo una semana maravillosa, llena de amor, significado y propósito.
Un afectuoso saludo,
Manuel
P.D.: Me encantaría leer tus preguntas, peticiones y aportaciones en mi blog o por correo. ¡Muchas gracias! |
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