jueves, 8 de octubre de 2009

La autotrascendencia no es un retroceso al yo meramente ecológico

Estoy leyendo un libro fantástico, del que si puedo colgaré algunos fragmentos: "SEXO, ECOLOGIA, ESPIRITUALIDAD", de Ken Wilber. He aquí una cita suya de Schopenhauer:

"Cuando uno ya no está centrado en el Dónde, el Cuándo, el Por qué y el Para qué de las cosas, sino que está sólo en el Qué, y deja pasar todos los pensamientos abstractos, conceptos intelectuales y conciencia sobre ellas, entonces pone toda la fuerza del propio espíritu en el acto de percibir, se absorbe en él y permite que toda su conciencia se llene de una tranquila contemplación del objeto natural que está inmediatamente presente - sea un paisaje, un árbol, una piedra, un edificio, o cualquier otra cosa en absoluto; perdiéndose real y y totalmente en el objeto: olvidando la propia individualidad, la propia voluntad, y permaneciendo allí como puro sujeto, un espejo limpio del objeto- como si sólo el objeto estuviera presente, sin que nadie lo mirara, hasta el punto que uno no podría distinguir el observador del hecho de observar, [entonces] los dos se han vuelto uno..."

2 comentarios:

Gon dijo...

Muy bien, me parece un texto muy interesante. No vemos las cosas como son, sino como somos. En el preciso momento en que comenzamos a observar sin que los pensamientos intervengan, vemos las cosas como realmente son.

Unknown dijo...

Sobre todo este texto pretende reflejar que la ecología no debe convertir a la naturaleza en un dios al que adorar, sino que puedes sobrepasar ese punto de vista para llegar a fundirte con la propia naturaleza, siendo ambos uno, sin perjuicio de ninguno. Puede que haga un post aclarándolo un poco... :-)