¡Buenos días!
El sol ya sale más pronto, y se pone un poco antes, los días se hacen más cortos, y por el cielo azul pasean nubes blancas dibujando formas con la imaginación de un pintor universal, es noviembre...
A veces el otoño nos recuerda que todo viene, y que todo se va. Las flores, las hojas, el calor, las tardes largas y despreocupadas, en ropa ligera y con todo el tiempo por delante para disfrutar.
Y como hacen las estaciones, las relaciones a veces vienen, y a veces se van, y muchas veces nos dejan más preguntas que respuestas.
Cuando alguien se va de nuestra vida, sea por poco o mucho tiempo, a veces nos deja una sensación de paz, y otras de tristeza. A veces los sentimientos son más extremos, y a veces son una mezcla de todo.
Cuando la despedida deja tristeza, vacío, podemos elegir reaccionar, dejando salir nuestros impulsos, o estar presentes, tratando de ser lo que somos, pero sin adornos innecesarios. Sólo Ser, siendo conscientes de lo que somos, de si hemos dicho y hecho lo que deseabamos decir y hacer, de si podemos aprender algo de esta despedida, sintiendo nuestras emociones, sin sujetarlas, sólo ser.
Y este "sólo ser", nos permite integrar la experiencia, nos devuelve al centro, al equilibrio, al amor. Deja el corazón abierto para dar y recibir, sin miedo, sabiendo que todo al final es experiencia, que nos servirá para seguir creciendo en el amor.
Y cuando vemos las hojas del otoño caer, podemos recordar que no es necesario apegarse a las cosas, ni a las personas, y que como las estaciones, todo vuelve a renacer, y aquello que es realmente importante, nunca se pierde.
En cada despedida podemos seguir viendo equilibrio, podemos ver que nada se pierde, y que aquello que creemos perder, de repente se manifiesta en una forma que al principio no reconocemos, pero que al poco se desvela como mucho más beneficiosa para nosotros.
Y como dice una buena amiga, a veces (y seguramente siempre) debemos dar gracias por lo que hemos perdido, porque seguro que hay una buena razón para que suceda.
Es posible que decir adiós y seguir adelante sea una buena forma de tomarse las despedidas de la vida.
Te deseo una semana maravillosa, llena de apoyo, desafíos y amor.
Un afectuoso saludo,
Manuel |
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